La educación financiera es la capacidad de comprender y aplicar conocimientos financieros básicos para tomar decisiones informadas sobre el uso del dinero. Esto incluye temas como el presupuesto, el ahorro, la inversión, el endeudamiento responsable y la planificación financiera a largo plazo.
Una buena educación financiera permite a las personas evitar el sobreendeudamiento, prepararse para emergencias, alcanzar objetivos personales y tener mayor independencia económica. Es fundamental en todas las etapas de la vida, desde la infancia hasta la jubilación.
Desde administrar el salario hasta elegir una inversión adecuada, la educación financiera está presente en muchas decisiones cotidianas. Saber interpretar contratos, tasas de interés y productos bancarios ayuda a proteger el patrimonio personal y familiar.
Invertir en educación financiera no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también contribuye al desarrollo económico sostenible de una sociedad más justa y preparada.